como una tristeza masticando opiáceos
fingiendo sentir aquello que por parecerte tan diluída materia
-de tanto no sentirla la sientas profunda y atravesada-
dolor agudo de no haber sido más que sufridora profesional
toda jirones de lo que hicieron de ti
María Calas
callas María
Hace falta una ética pura
una monstruosidad
un silencio tan horrísono y puro vacío
nada
hace falta llorona:
debes de nuevo crear al monstruo que te comerá el corazón
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