sábado, 11 de septiembre de 2010

Es cuanto oí decir una noche mientras pensaba en Carolyn Hay Taylor

Por fin fuera del nombre
rodeada de muñecas ruidosas
tomando el té de las cinco
conozco la osadía del rostro
mudo pero parlante
sentada en esta silla
todo me recuerda al pájaro del lago azul
(ay cómo extraño mi almohada alada
en el precipicio del no dormir)

pensar la faena fúnebre
ruiseñores esponjan mis oídos
taladran en el hueso con su paraíso de
tralalíes

por fin fuera del nombre
yo te ofrezco
un pijamita de lobo
un desierto de azúcares impalpables
un padre de estampita
para ponerlo a vigilar por las cerraduras
de tu encierro*


variante divertida:
*de tu libertad

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